Aguaro Guariquito febrero 2013 Parte II (Pozo Cachama)(Reseña redactada por el Aguila)

En el argot del juego de Dominó…..”gallo que no repite no es gallo”. Ciertamente, no bastó nuestra primera visita al Parque Nacional Aguaro Guariquito de principio de año, el día 04 de enero pasado, para concluir que dicho paseo pudiera catalogarse como aceptable o satisfactorio, dadas las circunstancias con las cuales tuvimos que lidiar para permanecer vivos para contarlo.

Jeepero que se respete, repite la ruta y mejora su plan anterior. Es así que nos propusimos en esa ocasión y acordamos pasados los días después de la primera versión “Aguaro Guariquito 2013 Pozo Cruiserhead”, que volveríamos a planificar el viaje al Parque Nacional Aguaro Guariquito y al mismo pozo donde hubiésemos permanecido en el primer fin de semana del año, pero en compañía en esta oportunidad de jeeperos de alta estima y respeto en nuestro ambiente y no solo eso, si no que nuestro destino sería el mismo pozo, pero esta vez, con un objetivo más ambicioso todavía; y era preparar a todo evento, las más sabrosas y exquisitas cachamas rellenas al Hangui y en la orilla de ese rio y ese lugar tan majestuoso, y esta vez solos y sin la bulla y el escándalo de la vez anterior.

Es así, como el día 04 de febrero de 2013 un mes después y una semana antes que comenzara el asueto de carnaval, partimos Carlos Villegas, familia y el Papajeep, Renny García (Rastaman) y su YJ, Ruben Ramones (Rampach) y familia más su Chevrolet Vitara y este servidor Osman Marcano (El Aguila) María Vilar (La Fifi) y El Catanarito al mismo sitio de entonces.
Vale decir que, partimos de Valencia y antes del encuentro con Villegas en San Juan de los Morros, ese día hicimos una parada en casa de un gran amigo e integrante de la familia jeepera del Estado Aragua como es Carlos Hernández (Serviher), ya que su esposa Patricia se le estaba preparando una reunión sorpresa por su cumpleaños y con la asistencia de amigos, familiares y el grupo de Rampach, Rastaman y El Aguila y las familias correspondiente además de la asistencia de otro connotado y querido jeepero como lo es el Sr. Luis Berman Cortez (Luberco) y su esposa. Después de una emotiva recepción preñada de muestras de afecto, partimos a las 8:00 pm rumbo a San Juan de los Morros para encontrarnos con Villegas y su familia y luego de revisar el equipo, víveres, hielo, agua y demás insumos y pertrechos emprendimos nuestro viaje rumbo a El Sombrero a las 9:30 pm.


Día Viernes 10:00 pm y Oh sorpresa…! la vía despejada, sin ese tráfico acostumbrado de camiones y gandolas por esa carretera, la noche fresca, clara por una luna que anunciaba un viaje relajado (como pocos). Llegamos a Dos Caminos y nada de tráfico en el peaje, pasamos sin novedad, tan solo con un saludo de cortesía al Guardia Nacional que se encontraba de guardia en el peaje. “Suelten las velas y viento en popa”…….era esa sensación de libertad, de esa expectativa en los días anteriores al viaje, todo se conjugaba en nuestro favor.

El trayecto entre Dos Caminos y El Sombrero se hizo a un promedio de 80 a 100 Km/hora, el frescor de la noche se acompañó con música criolla, todos coincidimos en escuchar esas tonadas, cuyos comentarios nos los hacíamos llegar por los radios 11 mts., lo que hacía más agradable y relajante la travesía. El papajeep enseñaba el camino, segundo Rastaman, tercero Rampach (sin radio) y de último El Aguila quién monitoreaba por radio 11 mts., desde la retaguardia las maniobras que deberían ejecutar los demás carros que iban adelante, vistos algunos conductores de camiones que presionaban nuestro paso.

Así llegamos a la población de El Sombrero como a las 10:30 pm, nos detuvimos apenas unos minutos para dotarnos de algunas cosas de última hora, proseguimos nuestro viaje en la misma formación, la vía despejada como nunca, apenas uno que otro vehíc**o que pasaba por la vía contraria, la música llanera que nos deleitaba por esa carretera y esa luna…..Diooooos!..., definitivamente lo que hacía falta era una tonada de esas…..de Simón Díaz.

Es importante reseñar para los amigos jeeperos que el trayecto entre El Sombrero y el sector de la Encrucijada en sentido sur, antes de llegar a Palenque, existen innumerables fallas de borde y huecos de considerable tamaño en el canal contrario que obligan a los conductores que viene distraídos a esquivarlos de manera brusca y en consecuencia lanzando sus vehículos hacia el canal de ruta que seguíamos nosotros, con el consiguiente riesgo de producir una colisión frontal por tal maniobra, razón por la cual, se tomaron las medidas de rigor monitoreando por radio 11 metros a los integrantes de la caravana de cualquier problema en el pavimento.

Ya en el Sector de La Encrucijada, cruzamos a la izquierda y las cosas cambiaron, la vía mejoró notablemente, salvo uno que otro huequito que no presentaba mayor problema. En este punto se hizo más notoria la soledad de la vía, tan es así que, unos cuantos kilómetros más allá de El Sombrero la vía se tornó con una acentuada soledad en el trafico. En este punto, el viaje se hizo mucho más relajado, la velocidad de crucero sería de 80 kms/h, la música llanera, la noche fresca pero tan fresca que La Fifi tuvo que tomar su chaqueta y ponérsela y pareciera que la luna hubiese entendido nuestras intenciones de pasar un fin de semana diferente, se hizo más clara la noche, al mirar por las ventanas del Jeep, como a 1 Km a la distancia se podía apreciar la inmensidad de la sabana, al mirar por el espejo lateral se podía observar la línea discontinua de la carretera iluminada por las luces rojas de los stop que se perdían a la distancia, se podían observar las copas de los arboles a lo lejos, era ese tipo de noche que invita a pasarla con una especial compañía y con una botella de buen vino. Miro a mi lado, mi esposa retozando en su asiento, abrigada y relajada y transmitiéndome esa sensación de bienestar, miro al frente y mis amigos enseñando el camino….que más se puede pedir de una noche como esa, acto seguido, tome el PTT del radio y llamé a Villegas y Renny para expresarles esa vivencia y compartirla con ellos, recibiendo de ellos las mismas impresiones de ese momento.

Bueno muchacho(as), así llegamos a Palenque, la entrada del Parque Nacional Aguaro Guariquito, comenzaba la aventura verdadera, se tomaron las medidas de rigor como fuera, subir las ventanas por el volumen de polvo que prometía el camino, encender el A/A, probar las luces, radiar algunas previsiones por radio y comenzar nuestro avance franco en segunda y tercera velocidad y a una velocidad de crucero de entre 20 y 40 kms/hora, de manera de evitar cualquier rezago por razón de las distancias que habían que mantener para evitar el exceso de polvo en los filtros de los vehículos.

Llegamos así al Puente de los Aceites, el trayecto increíblemente solo, no se veían carros ni de allá ni de acá, el talco polvoriento fue nuestro único compañero…..y esa luna. Ya llegando a Lomas de los Aceites nos encontramos con un banco de arena de notable profundidad, banco de arena que, cuando intentó cruzar Rampach en su Vitara se quedó atascado, acto seguido me bajé, se bajo Rampach, evaluamos rápidamente la situación, saque la cincha debajo de mi asiento y la fijamos de la parte delantera de la Vitara para que Villegas en su Papajeep procediera a halarlo, acto seguido; salió la Vitara, y emprendimos nuestro camino, procedimiento que no duró más que 10 minutos.

Llegamos a Lomas de Los Aceites y decidimos seguir sin más retraso para llegar a Cruiserhead. Nuestra fiel compañera fue esa luna, esa luz que nos permitía ver a lo lejos sin mayor problema, la ruta en nuestros GPS´s siempre nítida, ya se anunciaba nuestra llegada al ver en la pantalla 15 Kms, desde el punto donde estábamos, las trillas abiertas sin son ni ton, lástima de nuestro Parque Nacional!, trillas que se describían como profundas cicatrices imborrables y ese frio de la noche llanera, un frio que helaba hasta los huesos, la Fifi ya no estaba con la chaqueta solamente, ya tenía también una cobija encima.

Villegas y su Papajeep siempre marcaron el camino con la prestancia y precisión que lo ha caracterizado en todas las rutas que hemos hecho, así llegamos a nuestro destino Pozo Cruiserhead, nos aprestamos a ubicarnos por encima del bajío del morichal y a bajar por la pendiente algo pronunciada, de seguida Villegas buscó el lugar que ocupó la última vez y yo procedí hacer lo mismo, Rampach se ubico debajo del árbol que una vez nos sirviera de sombra y Renny por una maniobra inesperada en esa arena tan suelta, que es como arena movediza, quedó atascado, acto seguido acople el vehíc**o y con movimientos muy suaves, procedí a colocarme en posición para poderlo halar del pronunciado atasco en que quedó, así lo saque colocándose de seguida en debida posición para instalar su acampada.

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Lo demás fue la instalación del campamento, no sin antes realizar un cateo de la zona, observando una soledad y un silencio absoluto, salvo un grupo de cuatro sujetos en moto que acampaban antes que llegáramos nosotros. La presencia del grupo que acabábamos de ver, en cierto modo nos incomodó, ya que eran cuatro hombres solos y en moto y además el lugar totalmente solo. Se activaron las medidas de seguridad en el grupo, con las miradas y señas entre nosotros nos permitió tomar acciones preventivas, dado el momento, el lugar y las circunstancias.

En esos momentos, bebe existir total comunicación discreta en un grupo, lo primero es resguardar a los niños que estaban con nosotros, lo segundo las mujeres y marcar un perímetro de seguridad para así evitar que alguien se acercara. Rayza (la esposa de Villegas) se le activaron los sensores de previsión, puedo decir que no le quitó la vista en ningún momento a los sujetos extraños, tomando medidas inmediatamente; conformaba nuestro grupo cuatro hombres de los cuales tres seguían los procedimientos regulares de la acampada y uno discretamente vigilaba el movimiento de los cuatro extraños en la zona, sin perder a ninguno de vista.

Después de la instalación del campamento vino el cansancio, las mujeres se fueron a descansar con los niños y apenas cruzamos Villegas, Rampach, Renny y yo unas palabras, nos fuimos a acostar, por supuesto sin dejar de lado procedimientos de seguridad que nos aseguraban una noche tranquila.

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Carlos Villegas, Rayza y su hijo Fernando se instalaron en su cómoda carpa de techo, así lo hizo el Rastaman en su carpa de techo de su Yj, Rampach, Maritza y sus hijos se instalaron en su carpa y La Fifi se instaló en otra para ella solita y el “hijo de Teresa Gavidia” en su hamaca tipo intemperie…jejeje. Lo mejor de mi Suite, era el techo……..el más extraordinario techo hecho por el creador y toda su obra, el ventilador “Chucho” lo puso en máxima velocidad, eso era un frio intenso, pero nada que no pudiera cubrir una buena almohada y una cobija de lana merideña. Lo único que se escuchaba en esa noche estrellada eran las ranas, los grillos y algún que otro ruido de aves nocturnas. Solo con ver ese cielo estrellado, esa majestuosa luna, la cantidad de estrellas fugaces atravesando el firmamento, observando además el fenómeno que se da por estas fechas de comienzo de verano en nuestro hemisferio y son esos cuerpos celestes que al chocar con nuestra atmósfera, dejan ver un espectacular estallido y posterior fragmentación en otros pequeños cuerpos incandescentes, fenómeno llamado “lluvia de estrellas” por mi mente pasaban las fiestas de fin de año y la cantidad de fuegos artificiales al sonar las doce campanadas, pero lo mejor era que me transportaba a mi casa en Sabana del Medio (Casa de Campo Los Mochuelos), esa casa que tantos buenos momentos me ha brindado con tan buenas compañías, recostado en el borde de la piscina en esas noches de verano, viendo ese firmamento y sintiéndome el ser viviente más pequeño en comparación con esa inmensidad frente a mis ojos, la Osa Mayor al norte, la Osa Menor a su lado, diferentes constelaciones que se veían claritas, se podían notar como una densa niebla, pero eran millones y millones de pequeñas estrellas que conformaban esa especie de niebla. Se me venía a la mente los cuentos de aquellas travesías realizadas por aquellos nómadas del desierto del Sahara y del Lejano Oriente en sus rutas, que fueron creadas por el desarrollo de su comercio, y esas caravanas que solo se guiaban en esas noches obscuras, y por esas mismas estrellas, mi mente divagaba, esa noche me permití caer en los pensamientos más absurdos y más profundos que el momento me accedió, ni siquiera la presencia de los cuatro extraños perturbó ese momento; total, ya antes los había observado detenidamente y estaban durmiendo…hasta me permití levantarme con mucho sigilo y cubierto por mi cobija de lana y acercarme hasta la orilla del rio que estaba como a unos cincuenta metros del campamento y recé en su orilla, tenía mucho tiempo que no rezaba, pero no era ese rezo común, más bien era una conversación con el creador y con mi madre que la imaginaba en una de esas estrellas.

Volví en mi de súbito, y al voltearme observo la tranquilidad de la noche, mis pupilas estaban totalmente dilatadas, mi visión nocturna se encontraba en su máximo nivel, escuchaba el sonido de las palmas de los morichales al ser acariciadas por el viento, el chinchineo característico del agua de ese rio al pasar por entre las piedras, el sonido del golpeteo de pequeños peces al saltar fuera del agua, el olor a leña y monte quemado que venía de lo lejos y acompañado de ese olor a tierra húmeda que me embriagaba, la brisa fría en mi rostro, observaba la paz que transmitía la estancia de mi esposa en su pequeña carpa y de mis amigos en el campamento, sin perder de vista los cuatro extraños que podía observar hasta la forma en que estaban acostados dentro de sus carpas.

Pienso que en nuestra cotidianidad, son pocos los momentos que uno como individuo se puede permitir, el disfrutar de un don que Dios nos ha dado y es el poder disfrutar de nuestros sentidos, el poder admirar de alguna manera (si acaso) la grandeza del universo, el poder tan siquiera levantar la mirada en una noche como esa y mirar el cielo, el poder sentir que son los momentos como ese que hacen la diferencia en nuestra existencia, es ese sentirse vivo al activarse al 100 % de cada uno de nuestros sentidos, el sentirse con el ser amado, el entender que el tiempo nos enseña a disfrutar de los buenos momentos en conjunción de la compañía de buenos amigos………y rodeado de tanta belleza….Dios!
Si valió la pena……si la valió la pena el estar allí en el lugar, el momento y las personas adecuadas…!

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Sábado, 05 de febrero, 6 de la mañana, a diferencia de la última vez y la bulla sin cuartel, en esta ocasión fueron las guacharacas, tordos, turpiales, peti rojos, gallos, guineas, araguatos a lo lejos, mugir de vacas y el taca..taca…taca de los pájaros carpinteros que anunciaban desde más temprano, que el sol marcaba el comienzo de un nuevo día, con un cielo infinitamente azul y un degradé de colores en el horizonte. Sin pensarlo dos veces, me apresté a darme un baño en ese rio, no podía esperar a ser el primero en sentir la frescura y lo cristalino de esas aguas. Oh sorpresa, será que alguien se le olvidó apagar el calentador del agua….Dios!, ni el más exquisito jacuzzi, se sentía como esas aguas….que placer!

Poco a poco se fueron despertando y levantando los integrantes del grupo, luego el cafecito caliente mañanero y a preparar el desayuno, yo por mi parte….ni pendiente en salirme de ese rio.

La mañana transcurrió con la dinámica acostumbrada, Rayza, Maritza y La Fifi prepararon un suculento desayuno de arepas con jamón y queso jugo de frutas y café con leche; y más adentrada la mañana, los hombres nos dispusimos a preparar lo que representaba una de las razones por las cuales se hizo este viaje: preparar con todas las de la ley, un suculento almuerzo compuesto, por Truchas en mariposa asadas al ajillo, papas arrugadas, plátanos maduros asados, y la especialidad: Cachamas rellenas horneadas al Hangui…..qué, que es eso?



Un Hangui es una especie de horno que se ensambla con piedras calientes, sobre la arena y cubierto luego por una cama de hojas y sobre esta, una capa de tierra, lo más prudente y adecuado es hacerlo con piedra de rio, previendo que las mismas, al estar expuestas al calor intenso estallan, lo que podría ocasionar serios daños si golpease una esquirla en un ojo. Es una forma de cocción de alimentos (más que todo, carnes blancas), que suele usarse en las islas del sur del Océano Pácifico (Islas Fidgi o Malacia) y utilizado también en la región andina. Suele ser utilizado también como técnicas de cocción de alimentos en situaciones de supervivencia.

Lo primero fue seleccionar las piedras lo más planas posibles, y elegir el lugar adecuado para armar el horno, luego encender las brazas, y mantenerlas lo más caliente posible para que las piedras se calentaran hasta ponerse blancas.

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De seguida, se dispusieron las Truchas para prepararlas, y las cachamas para rellenarlas. Todo ese proceso duro aproximadamente como dos horas, en la medida que se iban calentando las piedras del horno, se iban preparando las truchas y las cachamas para luego envolverlas en papel de aluminio y poder así introducirlas dentro del “horno”…..lástima que no se pudo conseguir hojas de plátano (hojas de hallaca) para envolverlas.

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Serían como la una de la tarde cuando nos dispusimos a introducir las papas (preparadas por Villegas), y las cachamas preparadas por este servidor, así como los plátanos maduros envueltos en papel de aluminio en el hangui, se procedió a colocarle un entramado de ramas y hojas encima, más arriba unos cobertores sintéticos y encima de todo ello una capa de arena del lugar. Mientras tanto en otro lugar se preparó una pequeña hoguera con un entramado de ramas a modo de parilla y sobre estas, las truchas al ajillo a la brasa mientras las cachamas se cocían.
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Lo posterior fue rio, tragos, rio, truchas, más tragos, más rio, dominó, tragos, más truchas, un zapato a Villegas y Rampach, un mash de dominó y ponchao Villegas y Rampach, dado por la Fifi y este servidor, jajajajajajajaja, más tragos, truchas (que cosa tan sabrosa) risas, risas, tragos, se rompió el hielo con los vecinos, más hielo derretido con los cuatro extraños, tragos, dominó, dominó.

Quiero hacer una salvedad hasta aquí del cuento: el sábado 05 de enero lo que fue Villegas y yo fue tragos, tragos, tragos, tragos, rio, rio, rio buceo de las muchachas en el rio, tragos, más buceo de muchahchas, y se nos olvido reseñar una espaguetada que preparó Rayza (la esposa de Villegas) de lo más deliciosa, yo no sé de dónde sacó los ingredientes para hacer esa pasta pero debo reconocer que me lance dos platos, eso quedó delicioso, y hasta este fin de semana he tenido que soportar mi aguacero por no reconocerle sus méritos en la reseña anterior y en la preparación de tan exquisito plato de pasta corta a la Rayza Papajeep, confieso mi olvido involuntario.

Lástima que no se han creado fotografías con olor para que pudieran apreciar en todo su esplendor, queridos amigos, esas cachamas que estuvieron como tres horas llevando calor, así como las papas y los plátanos que se convirtieron en conservas de plátanos de lo reducidos que se pusieron. Nos dispusimos a comer como a las cuatro y media de la tarde; cada uno de los integrantes del grupo se lanzó su cachama rellena, así como los cuatro extraños a quienes Villegas les obsequió una cachama con papel de aluminio y todo. Luego fue más rio, rio, rio, rio y más rio, compartir con un grupo que llegó en la tarde pero la verdad que fueron calidad de gente y debo decir que de seis letras (aunque ustedes no lo crean)……pero estos eran la diferencia, con un detallazo, mis queridos amigos: pusieron a sonar una musiquita con un volumen tan agradable y de un estilo, tipo 80´s y 90´s que lo que provocaba era agarrar la carne salada de uno (la mujer) y dele que no vienen carros papá….jejejeje.

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Llegó la noche y con ella la magia del lugar, todo se convirtió en armonía perfecta, los cuatro extraños ya no eran tan extraños, porque hasta un partido de futbolito se lanzaron con los hijos de Rampach y de Villegas, los recién llegados de seis letras resultaron conocidos de Villegas y de Rayza, lo único que faltaba era una fogata para mitigar el frio de la noche, y subir la moral como es usual en estos casos. Una fogata en un momento como ese, es símbolo de amistad de acercamiento alrededor de su calor para compartir, es una invitación al relax a la meditación y a la tranquilidad.

Nos dispusimos a buscar ramas y palos secos, hacer un hoyo en la arena como de un metro de diámetro y 20 ctms de profundidad. Así se acercó Rampach con sus hijos, Renny, Antonio (uno de los que fueran los cuatro extraños) y este servidor, así pasamos un largo rato alrededor de la fogata, mitigando con su calor el frio de la noche conversando de todo un poco, hasta que se consumió, luego un baño en el rio y después a dormir hasta el día siguiente. Esta vez no hubo estrellas, ni asteroides, ni luna, ni pensamientos que cruzaran mi mente, solo lo que había era una satisfacción interna y una profunda paz, así me fui a dormir a mi suite personal con el techo pletórico de estrellas y hasta el otro día.

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El domingo en la mañana no faltó lo que llamo: el concierto en la llanura, para ese despertar rara vez vivido. Sin mucho preámbulo, me alisté para darme ese baño matinal en ese rio, esta vez disfruté ese baño como nunca. Poco a poco se fue levantando la tropa y con ellos la compañía en el rio. De inmediato a recoger el campamento y a preparar todo para el regreso.

La recogida del campamento se realizó previa limpieza del lugar y recogida de la basura existente en la zona, una vez preparado todo, se hicieron las pruebas de los carros, de los sistemas de comunicación y se comenzó la salida ordenada del lugar. El recorrido se hizo sin ningún problema hasta Lomas de Los Aceites, observando la marcada sequía de la temporada en contraste con otras épocas de puro verdor, allí nos dispusimos para tomarnos las fotos del grupo. Así mismo saludamos a un grupo que llegaron una Jeep Cheroquee KK y un Mitsubishi Dakar que venían de Calabozo, nos tomamos algunas fotos con ese grupo y así nos despedimos definitivamente del Parque Nacional Aguaro Guariquito con un “hasta luego”.
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Nuevamente quiero agradecer de parte de mi esposa y mía el tener el privilegio de compartir nuevamente con tan excelente grupo de amigos, así mismo ratificar una vez más lo dicho una y mil veces en este tipo de reseñas, cosa que no me cansaré nunca de repetirlo: cuidemos lo nuestro, así como amamos a nuestros hijos, así debemos amar nuestros recursos naturales y el medio ambiente que lo rodea, nosotros estamos de paso, en cambio, nuestros recursos naturales son como nuestros hijos que siempre nos sucederán.

Hasta otro paseo…..un fuerte abrazo y saludos cordiales

buena reseña y foto hermano

Buena reseña, Tremendas fotos

mejor imposible...

muy bien redactada esta reseña. viaja uno al leerla, felicitaciones Aguila y a Villegas por compartir su viaje con nosotros. Saludos

Buenas noches, antes que nada quisiera participar que soy nueva en este grupo, quisiera felicitarlos por la organizacion con el cual lo llevan, les escribo para saber si me podrian indicar por favor las coordenadas de este pozo? Saludos.